miércoles, 30 de marzo de 2011

Noticias con Clase: Disfrazaron a 66 indigentes de guerrilleros para f...

Noticias con Clase: Disfrazaron a 66 indigentes de guerrilleros para f...: "Se acaba de destapar otro gran “falso positivo”, otro gran montaje del Estado colombiano. Se señala al Comisionado por la Paz, Luis Carlos..."

domingo, 11 de octubre de 2009

La encrucijada

Más de un mes ha pasado ya desde mi llegada a Rusia, un mes ajetreado en el que contrariamente a lo que tenía pensado, he tenido poco tiempo de sentarme, pensar y respirar. Se hace evidente que salir de mi aletargo tomara su tiempo. En la vida cuando nos enfrentamos a una situación complicada, que nos es ajena o desconocida, solemos distorsionar las cosas y les atribuimos dimensiones exageradas, para ninguno de nosotros es un misterio, a no ser que se sea un iluminado, que solemos ver los problemas más grandes de lo que son en realidad. Esta vez creo yo, me paso exactamente lo contrario, las dimensiones de lo concerniente a este mi “Plan Rusia” tenían un tamaño considerable, y por alguna razón mi inconsciente (Bendito inconsciente) siempre las quiso ver más pequeñas. Supongo de de otra forma ahora mismo no estaría yo aquí.

Aun con todo, el plan Rusia está en marcha y en marcha seguirá, será un plan exitoso cuésteme lo que me cueste. Aunque ciertamente estoy todavía aletargado, poco a poco consigo ponerme en situación, el idioma va entrando día a día y palabra por palabra, y con el idioma espero se dejara venir todo lo demás. Para que se hagan una idea de lo que hablo, les puedo dar algunos ejemplos prácticos de los dichosos inconvenientes que el idioma puede causar.

El otro día cogí una Marzhsutka(colectivo, bondi o bus pequeño), en la Marzhsutka, al más puro estilo colombiano, hay que avisarle al conductor cuando uno quiere bajarse, la frase a usar me la sé de memoria desde el segundo día de haber llegado, “Nastanofkia Astanavitia Pazhalusta (literalmente, algo así como ¡pare en la parada por favor!)”, bien, la frase siempre me funciono hasta hace dos días, cuando le pedí al conductor que parase, no sé qué carajos me respondió en ruso, algo me pregunto el buen hombre que yo evidentemente no le entendí, el colectivo no paro y ahí comencé a sudar a mares; después de no sé cuantas paradas creo que la gente comenzó a ver mi cara de susto, una mujer trato de ayudarme, tampoco le entendí, al final me pude bajar casi al otro lado de la ciudad con la espalda lavada en sudor.

Hoy quería llamar a una amiga que vive en Omsk (Siberia), fui a un locutorio (Telecom) a comprar una tarjeta telefónica para llamar, las instrucciones estaban en ruso, las indicaciones de la operadora también, después de media hora de intentos fallidos, tenía a medio locutorio tratando de ayudarme a llamar, “Yo hablando en español, ellos en ruso. Que sería de la vida sin las señas, menos mal no soy manco y mucho de histriónico tengo, las manos ayudan mucho y explicarse con un muñón (el ñoco) debe ser jodido”.

Todos los que bien me conocen saben que las faldas jugaron un papel importante en mí decisión de venir hasta aquí. Ante mi eterna imposibilidad de elegir, o debería decir inconformidad, tengo la esperanza de que aquí por fin encuentre a mi soñada Dulcinea u/o Rapunzel, a mi princesa, a mi puta… esa que a pesar de ser alcanzada siga perteneciendo al mundo de lo ideal. Pues bien, aunque no me puedo quejar del interés de las féminas hacia mí persona, de intercambiar sonrisitas y miradas no he podido pasar en la mayoría de los casos, de nuevo aquí el idioma se hace presente. Hay mujeres por todos lados, mujeres guapas y mujeres más guapas, muchas más de lo que me llegue a imaginar, hay muchas más mujeres que hombres, cada diez metros veo una que está más buena que la otra, no puedo elegir, me gustan todas y de buena gana estaría con todas. Lo anteriormente expuesto y el hecho de que a excepción de un par de veces en mi vida, la fidelidad nunca se me ha dado bien, me hace reflexionar…. ¡Germán, no sé qué carajo vas a hacer, no podrás escoger nunca! ¿Sera que en realidad no quiero escoger? Pero quiero una familia, ¿y entonces? Habrá o no habrá una zarina para Germán.

En la universidad todo va bien, a excepción de algunos problemas logísticos que espero se resuelvan pronto, no me puedo quejar, ya he comenzado a recibir clases de ruso y próximamente podre usar el gimnasio, ya conozco a profesores de otros departamentos y hablo con estudiantes de otras facultades, mis estudiantes son fantásticos, tan inteligentes como perezosos, cada clase es una lucha por encontrar la forma de animarles y despertar su interés, con dicho fin, la primera decisión que he tomado es mandar a la mierda el libro de texto que veníamos siguiendo, de ahora en adelante preparare yo mismo los contenidos de las clases. Cada viernes tenemos tres horas de clase y vemos una película española o latinoamericana. Como ya me aprendí los números en ruso ya puedo pedir las llaves de las aulas que son la dvádzat chitírie (veinticuatro) la vósimdisiat adín (ochenta y uno) y la vósimdisiat chitírie (ochenta y cuatro).

Hace dos semanas me pidieron asistir a un encuentro de traductores y estudiantes, se encontraban allí también el resto de profesores extranjeros. Me pidieron leer en público el poema “La guitarra” de Federico García Lorca, cada profesor leyó un poema en su idioma nativo, que posteriormente fue traducido al ruso, acto seguido, me presentaron a los estudiantes y seguidamente presentaron a los profesores de chino y japonés, me pareció recibí más aplausos que los demás, ¡parece que tengo club de fans! Hace dos días también se nos invito a todos los profesores extranjeros a una celebración de los estudiantes de primer año, celebraban que pasan a segundo; al igual que en el encuentro de traductores, uno por uno se nos presento ante los estudiantes, recibí más aplausos que los demás, ¡parece que tengo club de fans!... ¿o mucho ego?

Ya he salido dos veces de fiesta y dos veces el Vodka a inundado mis venas de felicidad, como se imaginaran por lo que les he contado, para cualquier amante de las mujeres la cosa es cruel, es como estar en un evento de Victoria’s Secret, y no siendo suficiente, aquí las mujeres están bastante locas y salidas…”!Nitroglicerina!” … ¡Boom! Lo malo, todas estudiantes, por mi bien propio y porque me conozco, yo me auto coloco en fuera de juego, offside y me saco tarjeta roja. ¿Por cuánto tiempo podre hacerlo? Por debilidad propia y porque me conozco… ¡no lo sé!

Finalizo con esos pequeños detalles de la vida que hacen las delicias de grandes y chicos. Ya me pille una coca cola rusa brutal, se llama Baikal, también unos empachantes pasteles de chocolate en el supermercado de al frente, unas empanadas de carne, arroz y huevo que vende una señora al frente de la universidad a 12 rublos (1€ = 45 rublos) y veo al muy hijo de Putin como mil veces todos los días en la televisión.

Tenemos un promedio de doce o diez grados durante el día, unos cuatro o tres por la noche y bajando rápidamente, en menos de un mes, ni por más boyaco ni por más ruana me escapo del frio… dicen que es bueno para el carácter.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

“Bien sabemos todos que Rusia es una mujer”.

El tiempo nos da a todos el privilegio de experimentar, y a su vez la experiencia nos permite poseer conocimientos de primera mano, poco a poco nos convertimos en nuestro propio bastión y cada vez se hace más difícil creer en algo o en alguien más que no sea uno mismo. Sera por eso que ser ateo es más fácil con los años. La reflexión se debe a los días que aquí se van acumulando, aunque siguen siendo pocos, me permiten ya hacerme ideas más claras sobre donde estoy y quien es esta gente que me rodea.

Ya antes amigos e internet me permitían hacerme una idea de lo que me esperaba, por lo cual nada me ha sido realmente chocante, sin embargo, siendo esta vez mis propias carnes las que están aquí, Rusia comienza a enseñarme sus intimidades, yo le animo invitándole a que siga subiendo el bordillo de su falda, “Bien sabemos todos que Rusia es una mujer”.

Todos los días veo rusos y los rusos me ven a mí, viajamos juntos en el autobús cuando vamos a trabajar, me atienden en el supermercado, en el restaurante, en la farmacia, y hasta ya me pidieron dinero en la calle. Pero no todo el mundo aquí es ruso, entre toda esa gente que veo todos los días, me llaman la atención los que tienen las manos ásperas, sucias y curtidas, la piel de la cara tensa y enrojecida, los ojos rojos y cuya expresión de la cara cuenta claramente la exagerada cantidad de horas que han trabajado, me recuerdan a los campesinos y a los indios de Colombia, me recuerdan a los ecuatorianos, bolivianos y peruanos en España, me recuerdan a los que trabajan mucho por poco. Aquí esos rostros pertenecen a la gente de Kazajistán, Uzbekistán y Kirguistán, están por todos lados haciendo casi cualquier trabajo usualmente por una nimia cantidad de dinero hasta que son deportados. En efecto, kazajos, uzbecos y kirguistanos constituyen esa fuerza de trabajo sumergida y poco apreciada que mantiene la buena vida de los pocos que aquí pueden tenerla.

Moscú.

El viaje a Moscú ha sido una de las experiencias más felices que he tenido en mi vida, La foto donde salto frente de la catedral de San Basilio y otras tantas donde me revuelco sobre el suelo de la Plaza Roja lo dicen todo. Después de aplastar el culo por más de tres horas en un asiento de madera y cagarme del frio durante todo el viaje finalmente llegue.

Moscú supero incluso con creces mis expectativas, explicar lo que se siente al estar allí es difícil, todo es grande, todo es inmenso, Moscú era la capital de la Unión Soviética y eso está plasmado en cada rincón de la ciudad. Todo era verdad, las estaciones de metro eran como un museo y las muñecas rusas iban y venían subidas en tacones de 500 centímetros de altura pavoneando lo que tienen que no es poco. A diferencia de las mujeres, Las empanadas y Moscú han sido de las pocas cosas que en esta vida he idealizado y no me han decepcionado.

Moscú II.

La otra Moscú se mostraba al mismo tiempo que la primera, cada diez metros uno se encuentra un Ferrari, un Lamborguini o un Mercedez, el lujo de unos se rosa con el hambre de los otros, la arrogancia del hambriento de cosas y la sencillez del hambriento de pan.

Como colombiano me siento bastante identificado con los rusos, si yo fuera ruso estaría muy pero muy ofendido con el gobierno al igual que lo estoy con el gobierno colombiano, tener una capital como Moscú y un resto del país jodido, no es digno de ningún pueblo. De Colombia y de Bogotá se puede decir lo mismo; que carajos andamos pensando en construir un metro cuando en el choco no hay ni carreteras, es más, que carajo andamos pensando en construir un metro cuando ni las propias calles de la ciudad están en buen estado, pero en mi país, al igual que aquí, parece que hay los que son mas colombianos que otros.

A todo el que pueda, que viaje, a todo el que pueda que se quede unos años por fuera de su país, uno de los males más grandes de los que se cura quien conoce mundo es el Nacionalismo, se pierde romanticismo y se gana objetividad.